Los templos de Kerala (y de la India en general) se consideran principalmente moradas de dioses y diosas más que lugares de culto. Esta distinción es interesante, ya que los devotos son sólo visitantes incidentales de la morada y no son el centro del esquema de las cosas allí. Las deidades, al igual que los seres sensibles, duermen, comen, se bañan y reciben visitas en su tiempo libre. Los festivales de los templos de Kerala deben considerarse con este hecho en mente: son ocasiones en las que las deidades que residen en el sanctasanctórum salen para dar bendiciones y marcar ocasiones especiales.
Casi todos los aspectos de una fiesta tradicional en un templo están relacionados con la forma en que un personaje divino visitaría su reino. La deidad (representada normalmente por un ídolo) utiliza un medio de transporte exaltado, como un elefante enjaezado, un palanquín o una carroza. La elección suele estar determinada por las prácticas y preferencias regionales. Los tambores y las trompetas suelen utilizarse para anunciar la llegada de la deidad a las aldeas, al igual que se utilizaban antiguamente para anunciar el paso de los Reyes. A menudo se lleva un paraguas decorado y otras insignias reales para indicar la elevada estatura y el poder soberano.
Casi todos los festivales de los templos de Kerala se basan en esta premisa: que la deidad salga del sanctasanctórum en una procesión divina para celebrar una ocasión especial. Según la base ritual, los festivales se clasifican en diferentes tipos: ulsavam, pooram, vela, thalappoli, etc. Los festivales pueden durar (normalmente) de un día a nueve días y casi todos concluyen con una inmersión ritual sagrada de la deidad en una masa de agua como un río, un lago o el océano. En principio, estas masas de agua habrían marcado el final de la tierra sobre la que la deidad ejercía su autoridad divina.
Aparte de estas dimensiones rituales y reales, las fiestas de los templos han desarrollado a lo largo de los siglos dimensiones culturales y sociales. Los tambores y las trompetas que los acompañaban evolucionaron hasta convertirse en elaboradas orquestas de percusión de diferentes sabores y se han convertido en formas de arte independientes en la actualidad. Los elefantes enjaezados y su parafernalia se convirtieron en elaboradas y coloridas decoraciones que hicieron de las procesiones un inolvidable espectáculo audiovisual. A partir del siglo XX, la evolución de las sensibilidades sociales hizo que los rituales y las dimensiones reales empezaran a desaparecer y que las fiestas de los templos pasaran a ser consideradas como eventos predominantemente culturales.
En Kerala, los festivales de los templos se celebran sobre todo desde finales de noviembre hasta principios de mayo, una herencia de una sociedad agraria en la que estos meses eran los que no llovían. Su entorno tropical y sus abundantes selvas tropicales hacen que los elefantes sean los portadores divinos con mayor frecuencia. Un sistema de percusión muy evolucionado y sofisticado, con posibilidades aparentemente infinitas, cautiva a la multitud de manera intemporal. Estos magníficos eventos son un gran regalo para los ojos, los oídos y la mente, incluso para los no iniciados. Sin embargo, cada festival tiene su propio entorno socio-histórico, e incluso una comprensión básica de este entorno puede aumentar la alegría de ver uno.
Por Sreeni Nilamburi, experta en festivales del Centro de Conocimiento de Destinos, Kerala.