“Un gran libro es un amigo que nunca te abandona. Puedes volver a él una y otra vez y la alegría que obtuviste de él seguirá estando ahí” – Ruskin Bond
La sencillez y el pragmatismo reunidos en una sola frase sin pretensiones es el estilo clásico de Ruskin Bond. Inglés de nacimiento y pahari (pueblo que habita en las regiones del Himalaya, en el norte de la India) de corazón, sus historias, aunque estén catalogadas como libros para niños, son una colección de experiencias humanas con las que todo el mundo puede asociarse. Galardonado con dos prestigiosos premios indios, es uno de los autores que ha llevado la literatura inglesa india a su cima emotiva y descriptiva.
Instalado desde hace más de 50 años en Dehradun, una pequeña ciudad al pie del Himalaya, en el norte de la India, sus relatos están muy influenciados por su entorno y sus experiencias vitales. Ávido lector de niño, ciertas experiencias tumultuosas vividas a los 4 y 10 años orientaron en gran medida su carrera de escritor. Muchos de sus escritos, aunque forjados con humor e ingenio, reflejan en algún lugar su anhelo de una infancia segura. Sin embargo, esta emoción se fusiona hábilmente con su raro talento para traducir las imágenes de la naturaleza, el ambiente y los personajes profundamente identificables de las estribaciones del Himalaya indio en visiones a través de las palabras que escribe. Sus relatos, algunos autobiográficos y otros semiautobiográficos, son tan bellamente orgánicos y están salpicados de una alegría tan poco adulterada que parece desprenderse de las propias páginas. Este autor octogenario es un verdadero incondicional de la época actual que puede embelesar al lector a un nivel muy personal, un talento que muy pocos escritores han tenido la oportunidad de dominar.
Lecturas obligadas: Un libro de humor, La habitación en el tejado, El paraguas azul, Rusty – el niño de las colinas y Un libro de vida sencilla – breves notas desde las colinas